domingo, 23 de julio de 2023

LA SCHOLA CANTORUM DE MONTEVIDEO, UN LARGO NEUMA DE 25 AÑOS

Días atrás mi memoria me transportó en el tiempo y espacio muy lejos, a Montevideo, la capital del Uruguay, 35 años atrás. Entonces, tuvo lugar el dictado de mi primera clase de canto gregoriano en un salón de la Asociación de Estudiantes y Profesionales Católicos del Uruguay a un grupo de personas que con el tiempo constituirían la Schola Cantorum de Montevideo. Las líneas que siguen procurarán presentar al lector un esbozo de su servicio y acción en favor -y a partir- de este género de música sagrada.

Esa fecha, el 4 de julio de 1988, señala  efectivamente el comienzo de la Schola Cantorum de la Asociación de Estudiantes y Profesionales Católicos, luego devenida la Schola Cantorum de Montevideo (SCM) que funcionó ininterrumpidamente y como en un largo neuma, hasta 2013. La Providencia quiso que con el tiempo éste fuera el inicio de una de las primeras escuela de canto gregoriano establecida en América Latina. (1)

La Schola no fue sino una verdadera aventura espiritual para todos sus actores, incluyendo a quien esto escribe. En efecto, la tarea era ardua: recuperar al uso -restaurar tout court- el canto gregoriano en Montevideo, en donde (y como prácticamente en todas partes) tras la tormenta litúrgica suscitada por el concilio Vaticano II, las comunidades religiosas lo desestimaron y mucho más las comunidades parroquiales, en donde la sustitución por el cancionero religioso popular como el de Cantemos, hermanos (2) hizo de la excepción (canto coral mixto acompañado por una o dos guitarras, en ausencia de teclados electrónicos) la norma, prácticamente en cada una de las setenta y seis parroquias con que entonces contaba.

La Schola Cantorum de Montevideo frente a su sede de la calle Inca el 5 de octubre de 2008. A sus pies, un curioso tetragrama conformado con las vías del desaparecido tranvía montevideano (foto: Archivo EMG)

Por esos tiempos, allende los conocimientos técnicos personalmente adquiridos en primer lugar con el P. Eugenio Garateguy (3) y luego con el P. Raúl Patri,(4) en muchos aspectos era la intuición la que nos movía, en ausencia justamente de testimonios directos en lo que refiere a la práctica coral de este repertorio vocal sagrado. La bibliografía y los registros fonográficos entonces eran escasos y todo se sostenía particularmente en la pasión que me ha movido a lo largo de todos estos años y que entonces compartí junto a un extraordinario grupo de hombres y mujeres de todas las edades y procedencias, igualmente “tocados” por este amor sin fronteras por el canto tradicional de la Iglesia romana.

I) UNA VIDA ERRANTE

La vida de la SCM, ateniéndonos a su emplazamiento administrativo-pedagógico atravesó cinco grandes momentos:

A) De 1988 a 1991: Sede en la Asociación de Estudiantes y Profesionales Católicos.

B) De 1992 a 1993: Sede (provisoria) en la Parroquia María Auxiliadora (Talleres Don Bosco).

C) De 1993 a 2003: Sede en el Club Católico de Montevideo.

D) De 2003 a 2005: Sede en la Multiversidad Franciscana de América Latina (Conventuales).

E) De 2005 a 2013: Sede en el domicilio del director (barrios de Tres Cruces y luego el Cordón).

Establecida inicialmente -como se dijo- en la Asociación de Estudiantes y Profesionales Católicos, antigua y prestigiosa institución católica entonces emplazada en el Palacio Urtubey de Montevideo, la Schola en sus comienzos se benefició del interés y apoyo invalorable de la Prof. Isabel Morales (5) -a la sazón secretaria de dicha institución- y de su presidente, la Sra. Carmen Pittaluga de Cáceres, quienes desde la primera hora encaminaron el emprendimiento. En esa sede se dictaban los cursos de iniciación, teniendo como objetivo la conformación de un coro, particularmente para animar las celebraciones eucarísticas que se ofrecían regularmente en la capilla de la institución, proyecto que comenzó a tomar forma cuando los alumnos de este primer curso cantaron en una Misa allí celebrada el 13 de agosto de 1988.

Meses después, el 22 de octubre de ese año, la Schola hizo su primera presentación pública de divulgación en un acto de homenaje al P. Arturo Mossman, ejecutando en la oportunidad el Regina caeli y mi Ave Maria neogregoriano dedicado a Juan Pablo II el año antes. 

      Antigua imagen del Palacio Urtubey, sede de la Schola ente 1988 y 1991, año éste en el que fue demolido (foto: https://www.montevideoantiguo.net/palacio-urtubey/).

 Primera presentación fuera de una Misa el 22 de octubre de 1988 (foto: Archivo EMG)

Durante años la Schola ofreció su animación litúrgica en estas misas que tenían lugar en la Asociación. Tiempo después -el 8 de diciembre de 1990- la Schola Cantorum inició su actividad fuera de los muros de la institución, al participar de una Misa ofrecida en la Capilla San José. Precisamente, la liturgia dominical de esa capilla ubicada en el populoso barrio de Pocitos de la capital uruguaya, habrá de ser luego el centro de acción de la entidad, entre abril de 1994 y noviembre de 1995.

Animación de actos, celebraciones, recitales -como el primer recital con mesa redonda junto al P. Patri el 21 de julio de 1991 en la misma Asociación de Estudiantes y Profesionales Católicos- tuvieron lugar a lo largo de todos estos primeros años de vida de la institución.

Mesa redonda-recital del Coro de la Schola Cantorum el 21 de julio de 1991 en donde se llegó “a grados de comunidad estética como raramente ocurre en materia interpretativa en nuestro país” en palabras del crítico musical Nelson Giguens Risso (foto: Archivo EMG)

Frente a su sede el 29 de diciembre de 1990 (foto: Archivo EMG).

A partir de marzo de 1992, la Schola abandona esta institución para establecerse provisoriamente en dependencias de la Parroquia María Auxiliadora, a un costado de los Talleres Don Bosco, animando mensualmente una de las misas que se celebraban en su iglesia parroquial. Esta nueva situación llevó a que el 3 de abril de 1992 se resuelva adecuar el nombre a la misma, por lo que la organización pasó finalmente a denominarse Schola Cantorum de Montevideo. 

          Durante una Misa en la Parroquia Nuestra Señora del Huerto el 29 de diciembre de 1990 (foto: Archivo EMG)

La SCM junto a los padres Jorge Mastrángelo y Edison Noguez -éste último amigo querido y bienhechor de la SCM- frente al Santuario de Santa Rita de Casia el 25 de agosto de 1991 (foto: Archivo EMG)

En los Talleres Don Bosco el 12 de diciembre de 1992 (foto: Archivo EMG).

Con sede en los altos del Club Católico de Montevideo a partir del 1 de octubre de 1993 y por espacio de una década, gracias a la acción de sus autoridades y en especial del Dr. Gastón Barreiro Zorrilla,(6) presidente en el entonces, la SCM desarrolló una intensa actividad docente y de promoción de este repertorio litúrgico.

Desde 1994, diversos auspicios institucionales entre los cuales el del mismo Club Católico, de la Orden de Malta o la Asociación de Arte Cristiano,(7) y empresariales, como el de la revista “Sinfónica”, el diario “El País”, radio Oriental AM770, etc., sostuvieron todos esos años de labor fecunda. Los medios masivos se hicieron rápidamente eco de esta ingente labor. 

                           Sede institucional de la Schola en el histórico edificio del Club Católico de Montevideo                                    

                                                                           el 27 de mayo de 1996 (foto: Archivo EMG)

Salón principal de su sede el 27 de mayo de 1996 (foto: Archivo EMG).

Presentación en el Club el 9 de diciembre de 1998 (foto: Archivo EMG)

Justo es reconocer que si de nuestra parte hubo responsabilidad en todo esto, también lo fue el hecho que el canto gregoriano entonces tenía enorme actualidad en virtud a la difusión planetaria de los discos del coro de monjes de la Abadía de Santo Domingo de Silos (España), los cuales convirtieron el canto tradicional de la Iglesia católica en música “de consumo” masivo (8) ¿Por qué habrían de interesar a los jóvenes estas melodías milenarias tanto o más que cualquier otra de actualidad? Si bien la respuesta se desprende de su valor artístico y espiritual inmanente, lo cierto es que por el entonces la Schola Cantorum se transformó en una suerte de “embajadora” de esa manera de cantar la Palabra de Dios frente a los altares uruguayos.

A partir del 22 de noviembre de 1997 -Fiesta de Santa Cecilia- la SCM comenzó a celebrar mensualmente en la cripta de la iglesia de San José y San Maximiliano Kolbe (padres franciscanos conventuales) el oficio de Completas, y exactamente dos años después, también el oficio de Vísperas, actividad que se prolongaría con buena y constante presencia de fieles y público hasta 2005: evidentemente, que una organización de laicos celebre el Oficio divino cantándolo íntegramente en latín y con gregoriano en una iglesia capitalina, y esto en forma libre y regular, constituía -y sin dudas hoy también, si fuera el caso- un acontecimiento absolutamente extraordinario. Así lo entendía la gente que se aproximaba a escuchar y participar de los mismos con curiosidad primero, y luego con vivo interés.


 

Las Vísperas y Completas en ese antiguo convento franciscano fueron un verdadero acontecimiento del que la prensa local se hizo eco. Fotos de la primera celebración de Completas, 22 de noviembre de 1997 (fotos: Archivo EMG).

Tras el cierre del histórico Club Católico en 2003 y hasta 2005 la sede de la Schola Cantorum tuvo lugar justamente en dependencias de la Multiversidad Franciscana, el antiguo convento ubicado al costado de la iglesia de San José y San Maximiliano Kolbe, luego de lo cual las Vísperas, Completas y la Misa continuaron ofreciéndose en forma mensual, pero en la Iglesia de San Antonio y Santa Clara (padres franciscanos capuchinos), unas cuantas cuadras más arriba y hasta 2009. 

 

En la iglesia de Santos José y Maximiliano el17 de diciembre de 2000 (fotos: Archivo EMG)

La pérdida del local en la Multiversidad supuso una vez más la búsqueda de un nuevo emplazamiento para las reuniones, ensayos, clases, materiales y archivo. Se decidió en 2006 que fuera en mi domicilio de Tres Cruces y finalmente en el Cordón en donde todo esto tuviera lugar, situación que se habría de prolongar hasta 2013. Cabe mencionar la continuidad de estas actividades aun durante mis (repetidas) ausencias por estudios o razones profesionales; entonces, las mismas eran parcialmente aseguradas por algunos de sus integrantes.

La última presentación en una Misa del Coro de la SCM tuvo lugar en la Capilla San Alejandro, el 27 de julio de 2013.

En la Catedral de Montevideo el 25 de octubre de 2008 (foto: Archivo EMG).

                                    En la Capilla San Alejandro el 1 de noviembre de 2010 (foto: Archivo EMG)

II) ACCIÓN DE LA SCHOLA CANTORUM

Debo admitir que personalmente este proyecto de la SCM me tuvo muy ocupado, habiéndolo asumido como una verdadera misión: la promoción del gregoriano en el Uruguay.(9) Durante los veinticinco años en que estuvo activa, la entidad ofreció de manera multimodal su servicio en distintas instituciones, comunidades y parroquias de Montevideo, valiéndose de siete grandes ejes de trabajo:

  • Cursos teórico-prácticos: de tres semestres (ofrecidos entre 1988 y 1991) y seminarios de dos meses (ofrecidos entre 1990 y 2013).

  • Conciertos: “¡Viva el canto gregoriano!” (concierto didáctico: miscelánea de piezas populares comentadas, ofrecido entre 1990 y 2003); “Orar en gregoriano” (concierto litúrgico: piezas gregorianas populares, textos escriturísticos y guión escrito, ofrecido entre 1996 y 1998); “Cantate Domino(concierto de órgano y piezas de Adviento, ofrecido en 1998).

  • Conferencias y mesas redondas ilustradas: como las ofrecidas en la Asociación de Estudiantes y Profesionales Católicos, el Museo Romántico, el Club Católico, la Alliance Française (entre 1991 y 2008).

  • Ciclos radiales: como el recordado programa "Espacio gregoriano" (emitido en radio Oriental AM770 entre el 24 de abril y el 26 de junio de 2004).

  • Publicaciones: como el “Boletín gregoriano” (de circulación interna entre 2006 y 2012 con artículos e información de sus actividades), y sobre todo el libro titulado Introducción a la teoría y ejecución del repertorio gregoriano. (10)

  • Animaciones en distintos acontecimientos culturales: como seminarios, charlas, bodas, e incluso un auto sacramental.(11)

  • Proyectos de registros fonográficos: como el de “Vísperas y Completas conventuales”. (12)

    Toda esta labor obtuvo fehacientemente el aprecio de público y crítica, en un país -como se sabe- fuertemente secularizado desde hace más de un siglo, y de práctica religiosa ínfima (13). Y como dato curioso, hoy que se habla de la tecnología aplicada a este repertorio litúrgico, (14) la SCM fue la primera institución musical uruguaya en tener presencia en internet: su página web fue diseñada y subida por Gerardo Merello en 1996. 

     

    Tríptico trilingüe impreso en su tradicional papel kraft biodegradable (foto: Archivo EMG)

Siendo que una enumeración detallada de toda la actividad de la Schola escaparía a la síntesis que pretende el presente trabajo, en cambio podrían mencionarse algunas de las instituciones en el marco de las cuales la SCM ofreció sus competencias durante su existencia, aparte de las instituciones y comunidades religiosas antes mencionadas: el Instituto Teológico “Mariano Soler”, la revista “Umbrales”, el Centro de Investigación y Estudios Familiares, la Escuela Nacional de Declamación “Concepción Antonelli de Requeséns”, la Asociación Cristiana de Jóvenes, la Universidad Católica del Uruguay “Dámaso Antonio Larrañaga”, el Ministerio de Educación y Cultura, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas…

 

Programa de un recital ofrecido el 14 de diciembre de 2002 (foto: Archivo EMG).

Conferencia recital en el Museo Romántico, auspiciada por el MEC, el 2 de septiembre de 1993 (foto: Archivo EMG)

Presentación en el Club Católico el 30 de junio de 1993 (foto: Archivo EMG)

¿Cuál era el “estilo” de ejecución de la SCM? ¿Cómo se desarrollaba concretamente esta actividad? Sobre lo primero, debo decir que antes de su fundación establecí contacto epistolar con dom Jean Claire, el director del coro de monjes de la Abadía de Solesmes, centro -como se sabe- de la restauración del canto gregoriano. Vale decir que nunca estuve ajeno ni a sus registros fonográficos -que aun hoy constituyen una referencia absoluta en la materia- ni a sus contribuciones en el plano de la investigación. La Schola, permeable en los inicios al mal llamado “Método de Solesmes” impulsado por dom André Mocquereau y seguido luego por dom Joseph Gajard, (15) a partir de 1996 tomó como base de trabajo las investigaciones semiológicas de dom Eugène Cardine, centradas en el neuma, signo con el que se fijó el gregoriano en la época medieval entendido como verdadero “jeroglífico” (16) por cuanto expresa de una forma no cuantificable movimientos melódicos, expresión y ritmo con que ha de entonarse la Palabra de Dios. (17)

En relación a lo segundo, confieso que en mis largos años de docencia gregoriana (comprendiendo en esto a la desarrollada en el seno de la SCM) siempre tuve como estrella Polar la consideración de dos aspectos que entiendo emanan del mismísimo sentido común: (18) la adecuación del repertorio a los recursos y al tiempo disponibles, y a la situación donde esta acción se lleva a cabo. Esto, en el caso de la Schola fue antes que un condicionante, un punto de partida que obligó a hacer cambios según el personal disponible, buscando generar en los fieles “proximidad” con el gregoriano sobre la base a la reiteración. En efecto, asegurar el Ordinario en gregoriano, y alguna pieza más como la tradicional antífona mariana a la salida de las misas, no resulta ni difícil para los actores, ni distante para los fieles presentes. Y cuando durante las celebraciones eucarísticas se cantaban las piezas del Propio, algunas escogidas o las del día, éstas finalmente se tradujeron al castellano, en la búsqueda del acercamiento desde la comprensión. En cuanto a los oficios de Vísperas y Completas, más específicos y con una presencia pública diferente, siempre fueron cantados íntegramente, tal como ya se dijo, en lengua latina. (19)

 

Folleto con información de los seminarios dictados en la SCM (año 2001).

En su amplio arco de existencia, y siempre imbuida en la misión de promover un lenguaje -el gregoriano- que la tradición y el sentido común presentan como modelo para cualquier otra forma de cantarle a Dios, me vienen a la memoria algunos momentos memorables en la vida de la SCM, entre los cuales:

  • Participación en una Misa presidida por Mons. Luis del Castillo (Asociación de Estudiantes y Profesionales Católicos, 28 de diciembre de 1988). La Schola cantaba aquí por primera vez frente a una alta autoridad eclesiástica, en este caso el obispo auxiliar de Montevideo.

  • Participación en la apertura de la XII Exposición anual de la Asociación de Arte Cristiano (Cabildo de Montevideo, 8 de diciembre de 1994). El lugar histórico, la importancia del evento y la cantidad de público congregado hizo de esta prestación un momento que se ganó el recuerdo de los cantores presentes.

  • Participación en la conmemoración del 30° aniversario de la declaración Nostra Aetate (Instituto Teológico del Uruguay “Mariano Soler”, 25 de octubre de 1995). En presencia de autoridades de la Iglesia y de otras confesiones, fue un acto de gran relevancia.

  • Participación en un acto en la Gruta de Lourdes, en conmemoración del 50° de su inauguración (Gruta de Lourdes, 11 de febrero de 1997). Un evento multitudinario que quedó grabado en los corazones de los participantes del mismo.

  • Participación en la clausura del XII Festival Internacional de Órgano del Uruguay, junto a la organista Myriam Marchioro, también miembro de la Schola (iglesia de Punta Carretas, 6 de diciembre de 1998).

  • Participación en una Misa de acción de gracias por el 10° aniversario de la fundación de la SCM, presidida por Mons. Francesco De Nittis (Nuncio Apostólico) y concelebrada por los Padres Lorenzo Ballan, Martín Bitzer, Jaime Fuentes y Erico Fecher (Iglesia de Santos José y Maximiliano, 13 de diciembre de 1998). El representante del Santo Padre en el Uruguay, sacerdotes y bienhechores queridos, y una iglesia colmada jalonaron esa importante celebración en la que era entonces la sede de la actividad litúrgica de la Schola.

  • Peregrinación Jubilar al Santuario de la Virgen de los Treinta y Tres Orientales (Florida, 3 de septiembre de 2000). En dos ocasiones la SCM se hizo presente en Florida, para cantar a los pies de la Patrona del Uruguay.

  • Participación en el Simposio “Eladio Dieste”, organizado por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (iglesia de Cristo Obrero de Atlántida, 25 de septiembre de 2000). Un evento de proyección internacional para rendir homenaje a esa destacada personalidad uruguaya.

  • Ciclo de recitales “¡Viva el canto gregoriano!” (tres iglesias de Montevideo, mayo de 2003). Fueron estos, conciertos de una muy buena recepción por parte del público. La prensa -hasta donde yo sé- estuvo ausente.

  • Participación en una Misa de acción de gracias por el 20° aniversario de la fundación de la SCM, presidida por el P. Ernesto Diano seguida de las Completas, en colaboración con la Conferencia Vicentina (Catedral Metropolitana de Montevideo, 26 de octubre de 2008). Una vez más, el coro de la Schola se hacía presente en la Catedral, con importante presenciad de fieles.

    Tapa de la revista “Sinfónica N° 21 de octubre de 1996 (foto: Archivo EMG)

    Publicidad de la emisión presentada por la SCM, diario “El País” 23 de abril de 2004 (Archivo EMG).

III) PROYECCIÓN DE LA SCHOLA

Construir en el Uruguay una organización dedicada “al cultivo, práctica y divulgación de la oración litúrgica por medio de una de sus formas más características, como el canto gregoriano”, tal como se lee en los documentos oficiales de la SCM, para la misma y durante el tiempo de su presencia y acción, no fue un emprendimiento sencillo. Ya en los años ‘40 el arzobispo de Montevideo Mons. Juan Francisco Aragone instaba a recuperar en su jurisdicción la verdadera música sacra y el canto gregoriano,(20) por lo que -sumado a la reforma litúrgica conciliar- en el momento de la irrupción de la SCM, solo una práctica residual de estas melodías se verificaba en las iglesias uruguayas, perviviendo apenas en algunas comunidades religiosas. La fluctuante docena de miembros, hombres y mujeres, que integraron el coro estable de la Schola, puede testimoniar de esa labor abnegada que se asumía como augusto estandarte.

                                Concierto en el Club Católico el 11 de diciembre de 1997 (foto: Archivo EMG)

                   Concierto en la Capilla del Colegio Liceo Santo Domingo el 25 de mayo de 2003 (foto: Archivo EMG)

Y, debo decirlo aquí que, habida cuenta que no se demandaba confesión religiosa en el momento de inscripción a los cursos y/o el ingreso a su coro, quiso Dios que el gregoriano -por medio de la acción de la Schola- diera lugar a numerosas conversiones, hecho que en modo alguno debiera sorprendernos. (21) Esta catequesis por el gregoriano construyó vínculos fraternos entre todos que se aseguraban mediante reuniones, retiros, peregrinaciones, sesiones de formaciones con docentes invitados (22) -podría afirmarse que el coro de la la SCM no era sino la punta de ese iceberg-, vínculos en fin, que se hicieron profundos y perdurables: Ecce quam bonum et quam iucundum habitare fratres in unum! (23) 

Durante un retiro en el Monasterio Santa Clara de San José de Carrasco, Canelones, el 19 de mayo de 1996 (foto: Archivo EMG)

En el Carmelo Nuestra Señora del Silencio y la Esperanza tras una Misa el 21 de marzo de 2009 (foto: Archivo EMG).

Por otra parte, los tiempos desde el comienzo de su labor hasta su final, habían cambiado. En efecto, al gusto de los nostálgicos y la curiosidad o las búsquedas espirituales de los más jóvenes de finales de los ‘80 y ‘90, casi desaparecidos los nostálgicos veinte años después, los demás o bien mostraban una cierta apatía o una toma de posición sobre el canto gregoriano, en ese parteaguas que significó ya durante el pontificado de Benedicto XVI el motu proprio Summorum pontificorum. (24) Así, se quiso etiquetar a quienes propugnaban o directamente se mostraban favorables al gregoriano como “tradicionalistas” o partidarios del “rito tridentino” devenido por ese mismo documento “forma extraordinaria” del rito romano, frente a los alineados en favor de la “forma ordinaria”, del aggiornamento en las cuestiones litúrgicas a como dé lugar y perdiendo lo que haya que perder. A esa clase de personas, el Novus Ordo de Pablo VI en latín -y naturalmente con el gregoriano de siempre- más que extraño, les resultaba una suerte de oxímoron. (25)

 La SCM en el estudio de Sala Dos grabaciones en pleno proyecto (inacabado) del CD “Vísperas y Completas Conventuales” el 1 de junio de 2002 (foto: Archivo EMG)

En la Piedra Alta, Florida,el 3 de septiembre de 2000 (foto: Archivo EMG).

En ese contexto, la autogestión, independencia y espontaneidad que estuvo en el origen de la SCM, también la estuvo en su final, habida cuenta de su desaparición, casi sin dejar rastros.

Collage de recortes de prensa anunciando o comentando la actividad de la SCM (Archivo EMG)

Resulta muy normal que un maestro recuerde a sus alumnos, reposada la mirada en la lontananza. Era el caso de mi abuela y madrina, y también lo es el de mi madre, ambas docentes durante toda su vida. En cuanto a este servidor, ya he dejado en otras páginas consignado mi recuerdo al vasto centenar de alumnos que pasaron por las aulas y el coro litúrgico de la SCM. (26)

En el claustro del convento franciscano, el 13 de diciembre de 1998 (foto: Archivo EMG).

Este año pues, a treinta y cinco años de la fundación y diez de su desaparición, mirar para atrás en toda esta historia se me ocurre más que un ejercicio de evocación, un acto de justicia y reconocimiento a los implicados en este ingente trabajo de cultivar y preservar esta espiritualidad lírica que es el canto gregoriano, en tanto "Biblia cantada", al decir de dom Cardine. Nunca está de más pues, repetir lo que uno siente, sobre todo cuando con ellos, alumnos muy queridos, hemos rezado cantando -”rezar dos veces”- tanto, aquí y más allá, por toda la República Oriental del Uruguay, usando las alas (neumáticas) de este repertorio sin igual.

Enrique Merello-Guilleminot

Mi agradecimiento especial a Anamaría CLEDON, Juan MERELLO y a María Aurora VOLPI

 

(1) No debiera dejarse aquí de mencionar a la Schola Cantorum Bogotensis: “La Sociedad CANTICUM NOVUM se conformó en 1984 en la ciudad de Bogotá, Colombia por iniciativa del psicólogo y catedrático dr. Ramiro ALVAREZ CUADROS  y durante muchos años contó con la dirección del maestro Luis TORRES ZULETA. La integran profesionales de las más diversas disciplinas, a quienes ha unido la admiración por el canto gregoriano y su deseo de estudiarlo profundamente y de darlo a conocer. (…). El subtítulo Schola Cantorum Bogotensis hace referencia a la ciudad de Bogotá, en donde nació y actúa el coro.” [cf. La Sociedad Coral Canticum Novum - Schola Cantorum Bogotensis (n.d.). Recuperado el 7 de julio de 2023 de https://www.angelfire.com/co/canticum/elgrupo.html]. Téngase presente que el largo siglo que separa la fundación de ambas instituciones de la restauración del canto gregoriano genuino por Solesmes, se explica por el hecho que en los anteriores la enseñanza de este repertorio bajo el nombre de “canto llano” era dispensada como parte de la formación religiosa de los sacerdotes y religiosos, en los propios seminarios de formación.

(2) El cancionero religioso popular Cantemos hermanos, publicado por La Gruta, Ediciones Dehonianas, Montevideo, fue un libro de amplia difusión entonces. En 2004 contaba veintiocho ediciones.

(3) El padre Eugenio GARATEGUY (1919-1990), tras estudiar en la Escuela de Música Sacra de Ratisbona (Alemania) desarrolló sobre el final de su vida una intensa labor de difusión del canto gregoriano, mediante cursos auspiciados por el Ministerio de Educación y Cultura, la edición de un opúsculo intitulado Nociones elementales de canto gregoriano – Teoría y Práctica (Palacio de la Música, Montevideo, 1983), y la dirección del Coro “San Gregorio Magno” con sede en la Parroquia de los Santos Apóstoles (padres palotinos) de Montevideo, el cual podría considerarse antecesor de la SCM.

(4) El padre Raú PATRI, SJ (1923-2000), quien se había especializado en gregoriano en el Instituto Pontificio de Música Sacra (PIMS), ejerció la docencia de esta asignatura en la Escuela Universitaria de Música del Uruguay. Sobre el final de su vida dirigió un coro de alumnos llamado “Pneuma” luego a cargo de su alumna, la Prof. María Laura REY.

(5) Profesora de francés, Isabel MORALES fue autora de Parlons (1973, Montevideo, Ed. Monteverde), un libro de texto de uso muy extendido en la enseñanza media del Uruguay por esos años.

(6) El Caballero Gaston BARREIRO ZORRILLA (1918 -2009) fue un abogado, empresario, y hombre de letras de vasta labor en la causa católica uruguaya, recordado bienhechor de la SCM.

(7) Hilda VARELA de NARANCIO (1931-2009), artista plástica formada en Europa y luego con J. Gurvich y J. Alpuy del Taller Torres García, fue la fundadora de la Asociación de Arte Cristiano en 1983.

(8) Cf. ARECHAGA, I. (1994, 2 de marzo), Gregoriano en el “hit parade”. Aceprensa. Recuperado el 6 de julio de 2023 de https://www.aceprensa.com/religion/gregoriano-en-el-hit-parade/

(9) También, que su irradiación me permitió -por la gracia de Dios- extender mi acción allende la SCM y las comunidades religiosas locales que reclamaban mis servicios, llevándome hasta Gabón, Paraguay, Argentina, Francia, etc.

(10) Cf. MERELLO-GUILLEMINOT, E. (2003), Introducción a la teoría y ejecución del repertorio gregoriano. Montevideo, Ediciones de la Plaza. Su versión francesa debida a Jean ARRIGHI y publicada con la colaboración de dom Jacques-Marie GUILMARD, monje de Solesmes (2007, París, Pierre Téqui) adquirió una gran difusión.

(11) El auto sacramental “Representación de la Pasión de Jesucristo” de Lucas Fernández (1474-1542) con adaptación, puesta en escena y dirección de Mario SEGOVIA representado en la iglesia de Santos José y Maximiliano junto a la SCM el Viernes Santo de 2003.

(12) La Gran Enciclopedia del Uruguay (2000-2002, Editorial Sol 90, Barcelona, El Observador, t. IV, p. 1494) hace referencia a este proyecto.

(13) “Un total del 37% de los uruguayos dicen no tener una religión en particular o que son ateos o agnósticos” lo que transforma al Uruguay en el país más secular de América Latina [Cf. Pew Research Center, (2014, 13 de noviembre). Religión en América Latina: Cambio generalizado en una región históricamente católica, p. 16].

(14) Cf. Redacción (n.d.) (2023, 31 de mayo). Recuperan 4.000 cantos gregorianos silenciados desde hace más de 1.000 años, Diario en Positivo +. Recuperado el 12 de julio de 2023 de https://www.diarioenpositivo.com/articulo/cultura/recuperan-4000-cantos-gregorianos-silenciados-hace-mas-1000-anos/20230531204310042211.html?fbclid=IwAR1gJ7e5xQwNZpQ9_Dj2nTjdJkG6ISLwaigJrzckET8IA8oJq725m1-lNsk

(15) El sistema de signos rítmicos hoy desestimado en las últimas ediciones de Solesmes, estuvieron a la orden del día desde la aparición del célebre Liber usualis -vademecum del cantor gregoriano desde principios del siglo pasado, con sus “episemas verticales” señalando imaginarios “ictus” a contramarcha de los acentos tónicos del texto latino, y sus puntos de retardo que en verdad son de duplicación del “tiempo”-, dando lugar a una mensuración encubierta que ha desfigurado el ritmo de estas melodías durante décadas [Cf. GUILMARD, J.-M. (2022), Le rythme du chant grégorien, Éditions de Solesmes].

(16) La palabra procede del griego ἱερογλυφικός (hieroglyphicus), constituida de ἱερός (hieros, sagrado) y γλύφειν (glyphein, tallar, grabar). Y precisamente, quien comenzó el proceso de descifrado de los signos neumáticos a finales del siglo XIX fue dom Joseph POTHIER, monje de Solesmes a quien se le llamó el “Champolion de los neumas”.

(17) Cf. MERELLO-GUILLEMINOT, E. (2019), Pédagogie grégorienne à la lumière de la semiólogie cardinienne Recuperado el 17 de julio de 2023 de https://merello-guilleminot.blogspot.com/2019/05/pedagogie-gregorienne-la-lumiere-de-la.html

(18) Habida cuenta de Quien es el destinatario, más allá de que los sacramentos son impartidos ex opere operato, es evidente la impertinencia de la improvisación en medio de la Sagrada Liturgia.

(19) En base al postulado que “los que oyen (…), aunque no entiendan lo que se dice en el canto (como sucede a los fieles que ignoran el latín) saben, sin embargo, con qué fin se canta, esto es, para alabar a Dios; lo cual (unido a la naturaleza de las sagradas melodías) basta para moverlos a devoción” en palabras de santo Tomás de Aquino [citado por U.C. (1912). La música Sagrada Según Santo Tomás de Aquino, pp. 425-439, Ciencia Tomista, 4 , p. 5 )].

(20) Cf. ARAGONE, J. F. (1940, 12 de agosto), Carta Pastoral Sobre música sagrada. A algunos meses de su renuncia acaecida en noviembre de ese mismo año,  el documento ya testimonia los excesos que se constataban sobre este importante aspecto en su sede episcopal (más información sobre el canto gregoriano en el Uruguay: cf. https://merello-guilleminot.blogspot.com/2012/06/panorama-del-canto-gregoriano-en-el.html )

(21) Tengo en el registro de mi memoria inclusive a ateos o agnósticos que se mostraban interesados en el entonces por este repertorio melódico.

(22) Fue memorable el taller ofrecido a los miembros de la Schola por la gran cantante y maestra uruguaya Alba TONELLI (1931-2022) el 28 de agosto de 2002.

(23) Cf. Sal 132,1

(24) Cf. BENEDICTO XVI (2007, 7 de julio), motu proprio Summorum pontificorum. Conviene anotar que en la exhortación apostólica post-sinodal Sacramentum caritatis del 22 de febrero del mismo año, el Santo Padre tras referirse a la introducción de géneros inapropiados al culto y a la improvisación musical manifiestaba: “deseo que, como los padres sinodales lo han demandado, el canto gregoriano en tanto que propio de la liturgia romana, sea valorizado de manera apropiada”.

(25) La situación, hoy julio de 2023, abolido Summorum pontificorum por el motu proprio Traditionis custodes promulgado por Francisco el 16 de julio de 2021, lejos de tener una apariencia de solución, se encuentra aun más polarizada.

(26) Cf. MERELLO-GUILLEMINOT, E. (2022), Por los caminos de Dios – Crónicas de un peregrino latinoamericano, España, Book on Demande, pp. 167-168.