sábado, 25 de noviembre de 2023

A JORGE LUIS BORGES

 

Tarde fue en mi mediodía
que al borde de Maipú al novecientos
noventa y cuatro me allegué;
ya no estaban
ni tu bastón ni tus palabras
entrecortadas
como el astro oblicuo
entre la pérgola de los patios fervorosos;
 
Ya no estaban
tus palabras certeras
como la daga del lejano cuchillero,
las guitarras gauchas,
los aljibes que atrapan la plata lejana,
el laberinto de tus etimologías
en los confines del abismo,
el horror de los espejos.
 
Ni menos aun
los juegos con la memoria y el tiempo,
despoblados estantes sin aliento
donde Chesterton o De Quincey;
el caos meticuloso,
tus omnipresentes muertos,
y tu Patria que es un poco la mía
en razón de colores y de geografías.
 
En este hoy sin almanaques te sé
junto a ese otro polímata
por poco ya olvidado,
al fin compartiendo metáforas
en horas lánguidas
por la generosa benevolencia
de ese propósito ético
al que llamaste Dios:
El mismo a Quien te dirigiste “por si acaso”
intuyendo la luz
que en décadas te fue vedada,
en tu postrero Padrenuestro. 
 
Me queda tu vasto universo
poblado de inexorables diagonales,
sin igual en los siglos castellanos,
y aun la esperanza del encuentro mañana,
a efectos de compartir
estos versos apenas insinuados.
 

(C) Enrique Merello-Guilleminot

1er Premio en Poesía en el Certamen literario organizado por la Asociación Calabresa Mutual y Cultural de Buenos Aires (Argentina), noviembre de 2023

Imagen: Internet

lunes, 13 de noviembre de 2023

“NOW AND THEN”: ¿EL RETORNO DE THE BEATLES?

Doce días atrás se dio a conocer por parte de la banda de música pop más importante de la historia un trabajo discográfico presumiblemente conclusivo de su carrera. Un acontecimiento que involucra a octogenarios en plena actividad e impacta especialmente en el corazón de babyboomers como quien esto escribe, crecido en lo fermentales años ‘60. 

Se trata del tema “Now and then” de The Beatles, publicado en plataformas de streaming el 2 de noviembre -Día de Difuntos- al que precedió en la víspera un cortometraje documental de 12’ dirigido por Oliver Murray (con la historia tras “Now and then”) y luego al día siguiente su videoclip respectivo con dirección de Peter Jackson. La pieza está disponible desde el 3 de noviembre en vinilo y cassette como sencillo doble cara A junto a una nueva mezcla de “Love me do”, que fuera su primer éxito en 1962, lo que viene a ser una suerte de “Hello, goodbye”. Asimsimo integra una reedición con nuevas mezclas y materiales de los álbumes compilatorios Red y Blue (1973), en formato vinilo y CD. 

En estas líneas permítaseme referirme a este acontecimiento -lejos de mi especialidad, lo reconozco- habida cuenta de la importancia superlativa de los Fab Four, de las múltiples reacciones que ha generado la obra, de su carácter una vez más revolucionario en el buen sentido, y por qué no, de cuanto significa este grupo musical en el plano personal.

Imagen promocional del doble sencillo “Now and then” / “Love me do” 

El origen de la pieza se remonta a 1977 o 1978, cuando en su domicilio neoyorkino John Lennon registra valiéndose de un grabadora de cinta Sony CF-580 y acompañándose de su piano un conjunto de cuatro demos: “Free as a bird” y “Real love”, piezas retrabajadas por los sobrevivientes del grupo en 1995 (Sir Paul Mc Cartney, George Harrison y Sir Ringo Starr) e incluidas en el proyecto retrospectivo multimedia The Beatles Anthology (1995-1996), «Grow Old With Me», pieza finalmente publicada en el disco póstumo de Lennon Milk and Honey (1984) y «Now and Then». Esta última, prevista para el tercero de los doble CDs del Anthology, finalmente fue entonces descartada en razón de un persistente zumbido de baja frecuencia imposible de erradicar, así como de la imposibilidad de separar el piano de la línea de canto para lograr una pista vocal depurada. Aquí es donde intervino la tecnología, en lo que devino un verdadero rescate histórico de esta “canción perdida”. 

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA), UN MONSTRUO CON CABEZA 

En noviembre de 2021 el multioscarizado Jackson presentó la miniserie The Beatles – Get back, un documental musical de 7 hs 47’ que registraba las sesiones de trabajo (ensayos, grabaciones) de la banda en vistas a un último concierto en la azotea de Apple Corp., todo lo cual reducido a su mínima expresión se pudo ver en el film Let it be de 1970. Las novedades aquí fueron múltiples: la inmersión arqueológica que emprendió el citado director sobre horas y horas de filmación, recuperó el verdadero espíritu de esas sesiones pero en lo técnico impactó al mundo con la recuperación digital de imágenes (parecieron haberse filmado ayer) y sonido, esto último a partir de la IA. Se trata del software llamado MAL (Machine audio learning) (1) con el cual se pudo aislar sonidos de una única pista o recuperar diálogos casi perdidos, y todo esto con una claridad apabullante. Ese fue el Hilo de Ariadna para que “Now and then” saliera a la luz veintiocho años después de haberse guardado en un cajón...

Lo cierto es que, en música popular, Los Fab Four pareciera que siguen señalando un antes y un después. En efecto, la innovación siempre estuvo en el ADN de la banda británica, en cuanto a la obra musical (el “producto” musical) strictu sensu y al mismo marketing, que tiene que ver con la difusión, algo sin lo cual ningún artista hoy puede hacer conocer su trabajo. Innovaron rompiendo las barreras entre lo clásico y lo popular, abordando (y experimentando) distintos géneros,(2) recurriendo a instrumentos tradicionales, interactuando en el proceso creativo con las técnicas de grabación en las que también innovaron en procedimientos como el Artificial Double Tracking (ADT), el uso de la retroalimentación sincronizada, los empalmes loops de audio, el efecto estéreo o el microphoning. Innovaron también en el desarrollo del disco conceptual, la inclusión de las letras de las canciones, el arte de portada, etc. 

Y aquí quiero detenerme, pues estamos ante el hecho histórico que normalmente se deja de costado; los puristas, rechazando la categoría canónica de verdadera canción de The Beatles, y los demás tocados por la inevitable magia de descubrir una nueva canción del grupo musical que acompañó sus vidas, la vida de varias generaciones. En efecto, una vez más rodeados de grandes, como suele ocurrirles a los personajes de la historia no importa de cuáles grandes empresas, como antes con Brian Epstein o George Martin, aquí la sociedad de Mc Cartney y Starr con Peter Jackson les permitió valerse de esta tecnología MAL: la IA al servicio de la música, no para crear sintéticamente productos inexistentes (3) sino para permitir el “milagro” de recuperar un material producido cuarenta y cinco años atrás con un equipamiento doméstico, y luego sin duda (alea jacta est) lo que acaso abrirá las puertas para revisitar la voluminosa discoteca mundial registrada durante más de un siglo: imagínese usted tener la posibilidad de escuchar cómodamente en su living las grandes voces del pasado y/o de las grandes orquestas en reediciones aisladas de ruidos, completamente restauradas. Es verdad que la IA resulta inquietante, pero lo que debiera interpelarnos es el uso que se le da a las tecnologías.(4) En lo personal nunca me opuse a ellas, cuando su aplicación es en favor del bien común, y éste sin duda es el caso. 

 

 Encuentro virtual en estudio de The Beatles grabando el último trabajo oficial de su catálogo discográfico (imagen tomada de https://www.youtube.com/watch?v=Opxhh9Oh3rg ). 

 EL PROBLEMA DE LA AUTENTICIDAD 

“Now and then” se presenta como “la última canción de The Beatles”, y uno podría preguntarse: ¿no era “The End” la última canción, título éste que cierra Abbey road (1969)? ¿O más bien “Her Majesty” esa breve pista oculta (de vuelta una novedad), tras 15’’ de silencio que se escucha tras la misma? ¿O acaso “I Want You (She’s So Heavy)” del mismo álbum, cuando los cuatro integrantes se encontraron por última vez en los estudios de Abbey Road de Londres para trabajar en sus mezclas, un 20 de agosto de 1969? 

En realidad, la pieza es en justo título una canción aparecida bajo el sello beatle, tanto como “Free as a bird” o “Real love” editadas en 1995, y si bien en una etapa conclusiva de una carrera por la ausencia física de dos de sus miembros, constituye el digno epílogo de su discografía en razón de que: 

1) Todos intervienen en su interpretación, una razón contundente, aun cuando en el catálogo oficial se cuentan (numerosas) piezas como “Yesterday” (Help!, 1965), “Blackbird” o “Good night” (The Beatles, 1968) donde solamente es uno de ellos quien participa en la versión final de la pieza en cuestión. 

2) Están los mismos dichos del propio Mc Cartney, en acuerdo con Starr -los sobrevivientes de la banda – y los cónyuges supérstites de los ya desaparecidos, así como sus hijos. Y si lo expresan ellos mismos, pareciera ser razón suficiente para aceptar las cosas como son, aunque el año 1970 (cuando oficialmente se separaron), sus flores, agitación y psicodelia, esté irremediablemente lejano en el tiempo. 

3) La inscripción “For Paul” que el propio Lennon -según transcendió- habría escrito en el cassette fuente de la canción supondría la voluntad de su autor de una colaboración con los otros beatles. Más allá de ello, el hecho de haber sido entregado por Yoko Ono Lennon a los otros integrantes de la banda expresa la intención de una re-elaboración futura, a efectos de hacer de ella otro éxito del cuarteto británico, de entre su vasto edificio de 214 composiciones, incluyendo a la misma.(5)

Convengamos, lejos de estas consideraciones que el problema es de orden afectivo, aceptando el hecho de lo redituable de la “industria de la nostalgia”: la evocación de experiencias felices proporciona placer, y eso está en la naturaleza humana. Crecimos con la certeza que la actividad del grupo llamado The Beatles abarcó la década de 1960, y ahora resulta que varias años después hay más canciones originales, y luego más actividad de estos artistas. “Disonancia cognitiva”, se podrá argüir, y aquí vaya si la expresión suena más que apropiada. Una obra desarrollada con el concurso de tecnología de punta que aquí no crea sino que contribuye a un mejor resulta artístico, ¿no es un hecho loable? ¿No está esto inscripto en el tradicional método de trabajo de este grupo a lo largo de su carrera, -sobre todo a partir de 1966- donde las tecnologías de última generación jugaron un rol decisivo? 

Luego está el videoclip, un trabajo contrafáctico de Jackson que contrasta a la nostalgia de la composición de Lennon, ese encuentro imposible en estudio de los cuatro músicos registrando (precisamente) esa última colaboración colectiva, para lo cual el director echó mano a imágenes de archivo y actuales, resultando de esto un video que tenía por fin consignar ese adiós, en clave de emoción conclusiva. 

Es una pena que muchos críticos le hayan cargado las tintas a este proyecto, invocando subjuntivos de toda clase, o directamente calificándolo como una profanación; pero al fin y al cabo, la función del crítico es criticar (lo sé por experiencia propia), por lo que estos despechos me resultan tolerables. 

UN BREVE ANÁLISIS 

La pieza de marras de 4’08’’ es una balada rock nostálgica en tonalidad de la menor donde, tras un conteo inicial que hace un guiño al del primer surco (“I Saw Her Standing There”) del primer álbum de la banda Please, please, me (1962), su autor canta con perentoria voz sobre el amor y la ausencia, en un texto concebido para una pieza algo más lenta (80 bpm en lugar de 88 bmp), y alrededor de 1’ más larga. 

Formalmente la canción grabada por John Lennon constaba de tres versos (estrofas) y el coro (estribillo) que comienza con las palabras “Now and then I miss you” (“de vez en cuando te extraño”) al que le antecedía un pre-coro modulante e incompleto que se decidió excluir: 

 

Melodía de la sección eliminada (imagen tomada de David Bennett Piano (https://www.youtube.com/watch?v=Xk88M4ABo_4&t=313s ) 

La versión final de “Now and then” es pues bipartita (dos versos-coro-verso-coro-puente instrumental-verso-final), lo que le da más equilibrio aunque pierde parte del ambiente propio del Lennon de esos años, dado por la línea melódica meditativa y sobre todo su modulación. 

La instrumentación, deja a su voz acompañada de guitarras que había grabado Harrison, más la batería y pandereta de Starr; el bajo, piano, y clavicémbalo eléctrico de Mc Cartney, a lo que se le agregó un solo de guitarra slide de este último al estilo de Harrison. Asimismo, se incluyeron samples de coros de The Beatles donde todos participan: canciones como “Because” (Abbey road), “Eleanor Rigby” y "Here There and Everywhere" (Revolver, 1966), y una sección de cuerda compuesta por Giles Martin (hijo de su productor histórico), McCartney y Ben Foster,(6) y grabada en secreto en Capitol Studios de Los Angeles, EEUU. El resultado es pues inconstestablemente una canción de muy buena factura y sonido beatle, lo que parece confirmarlo el recibimiento tan favorable que obtuvo, al punto de alcanzar el 1er puesto de venta en el Reino Unido. Otro hecho extraordinario, tras cincuenta y cuatro años de su último primer puesto en el Official charts británico (7) con “The Ballad of John and Yoko” publicado en sencillo en mayo de 1969, y hecho curioso, también grabado por dos de los Fab Four, en ausencia de los otros. 

LA ÚLTIMA REVERENCIA 

 “La tercera es la vencida”, se suele decir. Y si con “The End” The Beatles anunciaron sobre el final de Abbey road el fin de su aventura, con esa frase a manera de epitafio que parece perfecta: “and in the end, the love you take is equal to the love you make” (“y al final, el amor que te llevas, es equivalente al amor que das”), luego fue “Real love”, la que suponía un cierre de su producción musical. Su videoclip, en efecto, mostraba los símbolos identitarios del cuarteto de Liverpool ascendiendo a los cielos: instrumentos musicales, uniformes de la banda alter ego del Sargento Peppers…, todo se iba y parecía irreversible. Nadie -ni siquiera los beatles sobrevivientes, me atrevería a afirmar- se esperaban una última canción, una última reverencia… ¡en 2023! Lo que significó una suerte de conmoción planetaria que hizo recordar aquel fenómeno de masas llamado beatlemania.

 


Final del videoclip de “Now and then” (imagen tomada de https://www.youtube.com/watch?v=Opxhh9Oh3rg ). 

Como los grandes artistas que salen varias veces a escena a agradecer los aplausos de su público, los Fab four cierran así esta larga coda de su obra completa; obra que forjó un cambio cultural sin precedentes y sin el cual el arte y seguramente la sociedad serían bien diferentes. Obra, en fin, colmada de bellezas, siempre sorprendente y de fresca novedad, resistente al tiempo como es propio de lo clásico. 

Sí, en este mundo angustiado por la guerra, los desastres naturales y toda clase de injusticias, vivir la experiencia extraordinaria de la 1era audición de una canción de The Beatles resultó tan distópico como generador de emociones cruzadas. De vez en cuando recibir esta clase de regalos inesperados, alumbra esa chispa de felicidad que nos mantiene vivos. 

Enrique Merello-Guilleminot

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(1) En homenaje también a Mal Evans (1935-1976), quien fuera road manager, amigo de The Beatles e incluso participante en varias de sus grabaciones, omnipresente en esas grabaciones de la última hora de la banda; e incluso a HAL, el recordado computador del film 2001: Odisea en el espacio (1968).

(2) Incluso en piezas de música concreta, como el caso de “Revolution 9” (The Beatles, 1968), obra controversial que llega a interpelar sobre los límites de la categoría musical, con el perdón de los vanguardistas de primera mitad de siglo.

 (3) Hablando de “Now and then” ya están en la web versiones alternativas, por ejemplo en el estilo beatle de 1964. Pero esto reviste gravedad cuando se clonan las voces para cantar –o decir– palabras nunca expresadas, lo que supone un riesgo para los derechos de autor y/o de propiedad. 

(4) Hoy parecieran estar fuera de discusión los dúos virtuales del pasado, como los de Nathalie Cole con su padre Nat “King” Cole (“Unforgettable”, 2012), el que realizara Charles Aznavour con el holograma de Edith Piaf en 1997 (“Plus bleu que tes yeux”), o el show en vivo con el holograma de Michael Jackson, tras su fallecimiento (“Slave to the rythm”, 2014), estos dos últimos versiones actualizadas de la técnica llamada el “Fantasma de Pepper” creada en 1862. E incluso ya no se discuten más los ABBAtars de la residencia de concierto ABBA Voyage de Londres, con las imágenes holográficas de la banda sueca cantando sus canciones previamente grabadas, todo lo cual se refería en última instancia al álbum Voyage (2021) editado cuarenta años después de la aparición del último trabajo de ABBA en 1981.

(5) Después están la historia (¿premonitoria?) de la escultura de Chris Giffin comprada en 1997 por los Harrison, un reloj hecho con materiales reciclados, en donde se lee “Now and then”. Una imagen de la misma ilustra la contratapa de los vinilos de la nueva canción; o incluso, acaso rizando el rizo, el vínculo de la letra con lo que trascendieron fueron las últimas palabras de Lennon a Mc Cartney antes de su asesinato: "My old friend, won't you think about me every now and then?" (mi viejo amigo, ¿pensarás en mí de vez en cuando?).

(6) Ben Foster (1977) es un reconocido compositor británico sobre todo por su trabajo en la serie de la BBC Torchwood y como orquestador de Murray Gold para la serie de televisión Doctor Who del mismo canal

(7)Cf.https://www.instagram.com/reel/CzeWr5bNYT7/?utm_source=ig_web_copy_link&igshid=MzRlODBiNWFlZA%3D%3D