Días
atrás mi memoria
me transportó
en el tiempo y espacio muy lejos,
a Montevideo, la capital del Uruguay,
35 años atrás.
Entonces, tuvo
lugar el dictado
de mi primera clase de canto gregoriano
en un salón de
la Asociación de Estudiantes y
Profesionales Católicos del Uruguay a un
grupo de personas que con el tiempo constituirían la Schola Cantorum
de Montevideo. Las líneas que siguen
procurarán presentar
al lector un esbozo de su servicio y acción en favor -y a partir- de este género
de música sagrada.
Esa
fecha, el 4 de julio de 1988, señala efectivamente
el comienzo de la
Schola Cantorum de la Asociación
de Estudiantes y Profesionales Católicos,
luego devenida la Schola Cantorum de
Montevideo (SCM) que
funcionó ininterrumpidamente y como en un
largo neuma, hasta 2013.
La Providencia quiso
que con el tiempo éste fuera el inicio de una
de las primeras
escuela de canto gregoriano establecida en
América Latina. (1)
La
Schola no fue
sino una
verdadera aventura
espiritual para todos sus actores,
incluyendo a quien
esto escribe.
En efecto, la tarea era ardua:
recuperar al uso -restaurar
tout
court-
el canto gregoriano
en Montevideo, en
donde (y como
prácticamente en todas partes) tras la
tormenta litúrgica suscitada
por el concilio
Vaticano II, las comunidades religiosas lo desestimaron
y mucho más las comunidades parroquiales, en donde la sustitución
por el cancionero
religioso popular
como
el de
Cantemos,
hermanos (2)
hizo de la excepción (canto
coral mixto acompañado por una o dos
guitarras, en
ausencia de teclados electrónicos) la
norma, prácticamente en cada
una de las setenta y seis
parroquias con que entonces contaba.
La
Schola Cantorum de Montevideo frente
a su sede de la calle Inca el
5 de octubre de 2008. A
sus pies, un curioso tetragrama conformado con las vías del
desaparecido tranvía montevideano (foto: Archivo EMG)
Por
esos tiempos, allende los conocimientos
técnicos personalmente adquiridos
en primer lugar
con el P. Eugenio Garateguy (3) y
luego con el P. Raúl Patri,(4)
en muchos aspectos era la
intuición la que nos
movía, en ausencia justamente de
testimonios directos en lo
que refiere a la
práctica coral de este repertorio vocal
sagrado. La
bibliografía y los registros fonográficos entonces
eran escasos y todo
se sostenía particularmente en
la pasión que me
ha movido a lo largo de todos estos años y que entonces compartí
junto a un extraordinario grupo de hombres y mujeres de todas las
edades y procedencias, igualmente “tocados”
por este amor sin fronteras por el canto
tradicional de la Iglesia romana.
I)
UNA VIDA ERRANTE
La
vida de la SCM, ateniéndonos a su emplazamiento
administrativo-pedagógico atravesó cinco grandes momentos:
A)
De 1988 a 1991: Sede en la Asociación
de Estudiantes y Profesionales Católicos.
B)
De 1992 a 1993: Sede (provisoria) en la Parroquia María Auxiliadora
(Talleres Don Bosco).
C)
De 1993 a 2003: Sede en el Club Católico de Montevideo.
D)
De 2003 a 2005: Sede en la Multiversidad Franciscana de América
Latina (Conventuales).
E)
De 2005 a 2013: Sede en el domicilio del director (barrios de Tres
Cruces y luego el Cordón).
Establecida
inicialmente -como se dijo-
en la Asociación de Estudiantes y
Profesionales Católicos, antigua y prestigiosa institución
católica entonces emplazada en el Palacio Urtubey de Montevideo, la
Schola en sus comienzos se benefició del interés y apoyo
invalorable de la Prof. Isabel Morales (5) -a
la sazón secretaria de
dicha institución-
y de su presidente, la Sra. Carmen Pittaluga de Cáceres, quienes
desde la primera hora encaminaron el emprendimiento. En esa sede se
dictaban los cursos de iniciación, teniendo como objetivo la
conformación de un coro, particularmente para animar las
celebraciones eucarísticas que se ofrecían regularmente en la
capilla de la institución, proyecto que comenzó a tomar forma
cuando los alumnos de este primer curso cantaron en una Misa allí
celebrada el 13 de agosto de 1988.
Meses
después,
el
22 de octubre de ese año, la
Schola hizo
su primera presentación pública de divulgación en un acto
de homenaje
al P. Arturo Mossman, ejecutando en la oportunidad el Regina
caeli
y mi
Ave
Maria
neogregoriano
dedicado a Juan Pablo II el
año antes.
Antigua
imagen del Palacio Urtubey, sede de la Schola ente 1988 y 1991, año
éste en el que fue
demolido (foto: https://www.montevideoantiguo.net/palacio-urtubey/).
Primera
presentación fuera de una Misa el 22 de octubre de 1988 (foto:
Archivo EMG)
Durante
años la Schola
ofreció
su
animación
litúrgica
en estas
misas que tenían lugar en la
Asociación.
Tiempo
después -el
8 de diciembre de 1990- la Schola Cantorum inició su actividad fuera
de los muros de la institución,
al
participar
de una Misa
ofrecida en la Capilla San José. Precisamente, la liturgia dominical
de esa
capilla
ubicada
en
el populoso barrio de Pocitos de
la capital uruguaya, habrá de ser luego el centro de acción de la
entidad, entre abril de 1994 y noviembre de 1995.
Animación
de actos, celebraciones,
recitales -como
el primer recital con mesa redonda junto al P. Patri el
21 de julio de 1991 en la misma Asociación
de Estudiantes y Profesionales Católicos-
tuvieron
lugar a lo largo de todos
estos primeros años de vida de la institución.
Mesa
redonda-recital
del Coro de
la Schola Cantorum el
21 de julio de
1991 en
donde se
llegó “a grados de comunidad estética como raramente ocurre en
materia interpretativa en nuestro país” en palabras del crítico musical Nelson Giguens Risso (foto: Archivo EMG)
Frente
a su sede el
29 de
diciembre de 1990 (foto:
Archivo EMG).
A
partir de marzo de 1992, la
Schola
abandona
esta
institución
para
establecerse
provisoriamente en dependencias de la Parroquia María Auxiliadora, a
un costado de los Talleres Don Bosco, animando
mensualmente una de
las misas
que se celebraban en su iglesia parroquial.
Esta nueva situación llevó a que el 3 de abril de 1992 se resuelva
adecuar el nombre a la misma, por lo que la organización pasó
finalmente
a
denominarse Schola Cantorum de Montevideo.
Durante una Misa en la Parroquia Nuestra Señora del Huerto el 29 de diciembre de 1990 (foto: Archivo EMG)
La
SCM junto a los padres Jorge Mastrángelo y Edison Noguez
-éste último amigo querido
y
bienhechor de la SCM- frente
al Santuario de Santa Rita de Casia
el
25
de agosto de 1991 (foto: Archivo EMG)
En
los Talleres Don Bosco el
12
de diciembre de 1992
(foto:
Archivo EMG).
Con
sede en los altos del Club Católico de Montevideo a partir del 1 de
octubre de 1993 y
por espacio de una década,
gracias
a la acción de sus autoridades y en especial del Dr. Gastón
Barreiro Zorrilla,(6)
presidente
en el entonces, la
SCM
desarrolló una intensa actividad docente y de promoción de este
repertorio litúrgico.
Desde
1994,
diversos
auspicios institucionales entre
los cuales el del
mismo
Club
Católico, de la Orden de Malta o la Asociación de Arte
Cristiano,(7)
y
empresariales, como
el de la
revista “Sinfónica”, el
diario
“El País”, radio Oriental AM770, etc., sostuvieron
todos esos años de labor fecunda. Los medios masivos se hicieron
rápidamente eco de esta ingente
labor.
Sede
institucional de la Schola en el histórico edificio del Club
Católico de Montevideo
el
27 de mayo de 1996 (foto: Archivo EMG)
Salón
principal de su sede
el 27 de mayo de 1996 (foto:
Archivo EMG).
Presentación
en el Club el
9 de diciembre de 1998 (foto: Archivo EMG)
Justo es reconocer que si
de
nuestra parte hubo
responsabilidad en
todo
esto,
también
lo
fue
el hecho que el canto gregoriano entonces tenía enorme actualidad en
virtud a la difusión planetaria de los discos del coro
de monjes de la Abadía de Santo Domingo de Silos (España),
los
cuales
convirtieron
el canto tradicional
de la Iglesia católica en música
“de consumo” masivo
(8)
¿Por
qué habrían
de interesar a los jóvenes estas
melodías
milenarias
tanto o más que cualquier otra de actualidad? Si bien la respuesta
se
desprende
de su valor artístico y espiritual inmanente, lo cierto es
que
por el entonces la Schola Cantorum se transformó en una suerte de
“embajadora” de esa manera de cantar la Palabra de Dios frente a
los altares uruguayos.
A
partir del 22 de noviembre de 1997 -Fiesta
de Santa Cecilia-
la SCM
comenzó a celebrar mensualmente
en
la cripta
de la iglesia
de San José y San Maximiliano Kolbe (padres
franciscanos conventuales) el
oficio
de Completas, y
exactamente
dos años después,
también el oficio
de Vísperas, actividad
que se prolongaría con buena y constante presencia de fieles y
público hasta 2005: evidentemente,
que
una organización de laicos celebre el
Oficio divino cantándolo
íntegramente
en
latín y con gregoriano en
una iglesia capitalina, y
esto en
forma libre y
regular,
constituía
-y sin
dudas hoy
también,
si fuera
el caso- un acontecimiento absolutamente extraordinario. Así lo
entendía la gente que se aproximaba a escuchar y participar de los
mismos
con curiosidad primero, y luego con vivo interés.

Las
Vísperas y
Completas en ese antiguo convento franciscano fueron un verdadero
acontecimiento del que la prensa local se hizo eco.
Fotos de la primera celebración de Completas, 22
de noviembre de 1997
(fotos: Archivo EMG).
Tras
el cierre del histórico Club Católico en 2003 y hasta 2005 la sede
de la Schola Cantorum tuvo lugar justamente en dependencias de la Multiversidad
Franciscana, el antiguo convento ubicado al costado de la iglesia de
San José y San Maximiliano Kolbe, luego de lo cual las Vísperas,
Completas y la Misa continuaron ofreciéndose en forma mensual, pero
en la Iglesia de San Antonio y Santa Clara (padres franciscanos
capuchinos), unas cuantas cuadras más arriba y hasta 2009.
En
la iglesia de Santos José y Maximiliano el17 de diciembre de 2000
(fotos: Archivo EMG)
La
pérdida del local en la Multiversidad supuso una vez más la
búsqueda de un nuevo emplazamiento para las reuniones, ensayos,
clases, materiales y archivo. Se decidió en 2006 que fuera en mi
domicilio de Tres Cruces y finalmente en el Cordón en donde todo
esto tuviera lugar, situación que se habría de prolongar hasta
2013. Cabe mencionar la continuidad de estas actividades aun durante
mis (repetidas) ausencias por estudios o razones profesionales;
entonces, las mismas eran parcialmente aseguradas por algunos de sus
integrantes.
La
última presentación en una Misa del Coro de la SCM tuvo lugar en
la Capilla San Alejandro, el 27 de julio de 2013.
En
la Catedral de Montevideo el 25 de octubre de 2008 (foto: Archivo
EMG).
En
la Capilla San Alejandro el 1 de noviembre de 2010 (foto: Archivo EMG)
II)
ACCIÓN DE LA SCHOLA CANTORUM
Debo
admitir que personalmente este proyecto de la SCM me tuvo muy
ocupado, habiéndolo asumido como una verdadera misión: la promoción
del gregoriano en el Uruguay.(9) Durante los veinticinco años en que
estuvo activa, la entidad ofreció de manera multimodal su servicio
en distintas instituciones, comunidades y parroquias de Montevideo,
valiéndose de siete grandes ejes de trabajo:
Cursos
teórico-prácticos: de tres semestres (ofrecidos
entre 1988 y 1991)
y seminarios de dos
meses (ofrecidos
entre 1990
y 2013).
Conciertos:
“¡Viva
el canto gregoriano!” (concierto
didáctico: miscelánea de piezas populares comentadas, ofrecido
entre 1990 y 2003);
“Orar
en gregoriano” (concierto
litúrgico: piezas
gregorianas populares,
textos escriturísticos y guión escrito, ofrecido
entre 1996 y 1998); “Cantate
Domino”
(concierto
de órgano y piezas de Adviento, ofrecido en 1998).
Conferencias
y
mesas redondas ilustradas:
como
las ofrecidas en la Asociación de Estudiantes y Profesionales
Católicos, el Museo Romántico, el Club Católico, la Alliance
Française (entre 1991 y 2008).
Ciclos
radiales: como el recordado
programa
"Espacio gregoriano" (emitido
en
radio
Oriental
AM770 entre
el 24 de abril y el 26 de junio de
2004).
Publicaciones:
como el “Boletín gregoriano” (de
circulación interna entre
2006 y 2012
con
artículos e información de sus actividades),
y sobre
todo el libro titulado
Introducción a la teoría y ejecución del repertorio gregoriano.
(10)
Animaciones
en distintos acontecimientos culturales:
como
seminarios,
charlas,
bodas, e
incluso un auto sacramental.(11)
Proyectos
de registros fonográficos: como el de “Vísperas y Completas
conventuales”.
(12)
Toda
esta labor obtuvo fehacientemente el
aprecio de público y crítica, en un país -como se sabe-
fuertemente
secularizado desde
hace más de un siglo, y
de
práctica religiosa ínfima (13).
Y
como
dato curioso, hoy que se habla de la
tecnología aplicada
a este repertorio litúrgico, (14)
la
SCM
fue la primera institución musical uruguaya en tener presencia en
internet: su página web fue diseñada
y subida
por
Gerardo Merello en
1996.
Tríptico
trilingüe impreso
en su tradicional
papel kraft
biodegradable (foto:
Archivo EMG)
Siendo
que una enumeración detallada de toda la actividad de la Schola
escaparía a la síntesis que pretende el presente trabajo, en cambio
podrían mencionarse algunas de las instituciones en el marco de las
cuales la SCM ofreció sus competencias durante su existencia, aparte
de las instituciones y comunidades religiosas antes mencionadas: el
Instituto Teológico “Mariano Soler”, la revista “Umbrales”,
el Centro de Investigación y Estudios Familiares, la Escuela
Nacional de Declamación “Concepción Antonelli de Requeséns”,
la Asociación Cristiana de Jóvenes, la Universidad Católica del
Uruguay “Dámaso Antonio Larrañaga”, el Ministerio de Educación
y Cultura, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas…
Programa
de un recital ofrecido el 14 de diciembre de 2002 (foto: Archivo EMG).
Conferencia
recital en el Museo Romántico, auspiciada por el MEC, el 2
de septiembre de 1993 (foto: Archivo EMG)
Presentación
en el Club Católico el 30 de junio de 1993 (foto:
Archivo EMG)
¿Cuál
era el “estilo” de
ejecución de la SCM?
¿Cómo se desarrollaba concretamente esta actividad? Sobre
lo primero, debo decir que antes
de su fundación establecí
contacto epistolar con dom Jean Claire, el director del coro de
monjes de la Abadía de Solesmes, centro -como
se sabe- de la
restauración del canto gregoriano. Vale decir que nunca estuve ajeno
ni a sus
registros fonográficos -que aun hoy constituyen una referencia
absoluta en la materia-
ni a sus contribuciones en el plano de la investigación. La Schola,
permeable en los inicios al mal llamado “Método de Solesmes”
impulsado por dom André
Mocquereau y
seguido luego por dom Joseph
Gajard, (15)
a partir de 1996 tomó
como base de trabajo las
investigaciones semiológicas de dom Eugène
Cardine, centradas en el
neuma, signo con el que
se fijó el gregoriano en la época medieval entendido
como verdadero “jeroglífico” (16)
por cuanto expresa
de una forma no cuantificable movimientos melódicos, expresión y
ritmo con que ha de entonarse la Palabra de Dios. (17)
En
relación a lo segundo, confieso que en mis largos años de docencia
gregoriana (comprendiendo en esto a la desarrollada en el seno de la
SCM) siempre tuve como estrella Polar la consideración de dos
aspectos que entiendo emanan del mismísimo sentido común: (18) la
adecuación del repertorio a los recursos y al tiempo disponibles, y
a la situación donde esta acción se lleva a cabo. Esto, en el caso
de la Schola fue antes que un condicionante, un punto de partida que
obligó a hacer cambios según el personal disponible, buscando
generar en los fieles “proximidad” con el gregoriano sobre la
base a la reiteración. En efecto, asegurar el Ordinario en
gregoriano, y alguna pieza más como la tradicional antífona mariana
a la salida de las misas, no resulta ni difícil para los actores, ni
distante para los fieles presentes. Y cuando durante las
celebraciones eucarísticas se cantaban las piezas del Propio,
algunas escogidas o las del día, éstas finalmente se tradujeron al
castellano, en la búsqueda del acercamiento desde la comprensión. En
cuanto a los oficios de Vísperas y Completas, más específicos y
con una presencia pública diferente, siempre fueron cantados
íntegramente, tal como ya se dijo, en lengua latina. (19)

Folleto
con información de los seminarios dictados en la SCM (año 2001).
En
su amplio arco de existencia, y siempre imbuida en la misión de
promover un lenguaje -el gregoriano- que la tradición y el sentido
común presentan como modelo para cualquier otra forma de cantarle a
Dios, me vienen a la memoria algunos momentos memorables en la vida
de la SCM, entre los cuales:
Participación
en una
Misa presidida
por
Mons.
Luis del Castillo (Asociación de Estudiantes y Profesionales
Católicos, 28 de diciembre de 1988). La
Schola cantaba aquí por primera vez frente a una
alta
autoridad eclesiástica, en este caso el obispo
auxiliar de Montevideo.
Participación
en la apertura de la XII
Exposición anual de la Asociación de Arte Cristiano (Cabildo
de Montevideo, 8
de diciembre de 1994). El
lugar histórico, la importancia del evento y la cantidad de público
congregado
hizo
de esta prestación un momento que se ganó el recuerdo de los
cantores
presentes.
Participación
en la conmemoración del 30° aniversario de la declaración Nostra
Aetate
(Instituto Teológico del Uruguay “Mariano Soler”, 25 de octubre
de 1995). En
presencia de autoridades de la Iglesia y de otras confesiones, fue
un acto de gran relevancia.
Participación
en un acto en la Gruta de Lourdes, en conmemoración del 50° de su
inauguración (Gruta de Lourdes, 11 de febrero de 1997). Un evento
multitudinario que quedó grabado en los corazones de los
participantes del mismo.
Participación
en la clausura del XII Festival Internacional de Órgano del
Uruguay, junto a la organista Myriam Marchioro, también miembro de
la Schola (iglesia de Punta Carretas, 6 de diciembre de 1998).
Participación
en una Misa de acción de gracias por el 10° aniversario de la
fundación de la SCM, presidida por Mons. Francesco De Nittis
(Nuncio Apostólico) y concelebrada por los Padres Lorenzo Ballan,
Martín Bitzer, Jaime Fuentes y Erico Fecher (Iglesia de Santos José
y Maximiliano, 13 de diciembre de 1998). El representante del Santo
Padre en el Uruguay, sacerdotes y bienhechores queridos, y una
iglesia colmada jalonaron esa importante celebración en la que era
entonces la sede de la actividad litúrgica de la Schola.
Peregrinación
Jubilar al Santuario de la Virgen de los Treinta y Tres Orientales
(Florida, 3 de septiembre de 2000). En dos ocasiones la SCM se hizo
presente en Florida, para cantar a los pies de la Patrona del
Uruguay.
Participación
en el Simposio “Eladio Dieste”, organizado por el Ministerio de
Transporte y Obras Públicas (iglesia de Cristo Obrero de Atlántida,
25 de septiembre de 2000). Un evento de proyección internacional
para rendir homenaje a esa destacada personalidad uruguaya.
Ciclo
de recitales “¡Viva el canto gregoriano!” (tres iglesias de
Montevideo, mayo de 2003). Fueron estos, conciertos de una muy buena
recepción por parte del público. La prensa -hasta donde yo sé-
estuvo ausente.
Participación
en una Misa de acción
de gracias
por
el 20°
aniversario de la fundación de la SCM, presidida por el
P. Ernesto Diano seguida
de las Completas, en colaboración con la Conferencia Vicentina
(Catedral
Metropolitana
de
Montevideo, 26
de octubre de 2008).
Una
vez más, el
coro de la
Schola
se
hacía
presente en
la Catedral, con
importante presenciad de fieles.
Tapa
de la revista “Sinfónica N° 21 de octubre de 1996 (foto: Archivo EMG)
Publicidad
de la emisión presentada por la SCM, diario “El
País” 23 de abril de
2004 (Archivo
EMG).
III)
PROYECCIÓN DE LA SCHOLA
Construir
en el Uruguay una organización dedicada “al cultivo, práctica y
divulgación de la oración litúrgica por medio de una de sus formas más
características, como el canto gregoriano”, tal como se lee en los
documentos oficiales de la SCM, para la misma y durante el tiempo de
su presencia y acción, no fue un emprendimiento sencillo. Ya en los
años ‘40 el arzobispo de Montevideo Mons. Juan Francisco Aragone
instaba a recuperar en su jurisdicción la verdadera música sacra y
el canto gregoriano,(20) por lo que -sumado a la reforma litúrgica
conciliar- en el momento de la irrupción de la SCM, solo una
práctica residual de estas melodías se verificaba en las iglesias
uruguayas, perviviendo apenas en algunas comunidades religiosas. La
fluctuante docena de miembros, hombres y mujeres, que integraron el
coro estable de la Schola, puede testimoniar de esa labor abnegada
que se asumía como augusto estandarte.
Concierto
en el
Club Católico el
11
de diciembre de
1997 (foto: Archivo EMG)
Concierto en
la Capilla del Colegio Liceo Santo Domingo el
25
de mayo de 2003
(foto: Archivo EMG)
Y,
debo
decirlo aquí que,
habida cuenta que no se demandaba confesión religiosa en
el momento de inscripción a los cursos y/o
el ingreso a su coro,
quiso
Dios que
el
gregoriano -por
medio de la
acción
de
la Schola-
diera
lugar a numerosas conversiones, hecho
que en modo alguno
debiera sorprendernos.
(21)
Esta
catequesis
por el gregoriano construyó vínculos fraternos entre todos que se
aseguraban mediante
reuniones, retiros, peregrinaciones, sesiones
de formaciones con docentes invitados (22)
-podría
afirmarse
que el coro de la la SCM no era sino la punta de ese iceberg-,
vínculos
en
fin, que
se hicieron profundos
y perdurables:
Ecce
quam bonum et
quam iucundum habitare fratres in unum! (23)
Durante
un retiro en el Monasterio Santa Clara de San José de Carrasco,
Canelones, el 19 de mayo de 1996 (foto: Archivo EMG)
En
el Carmelo Nuestra Señora del Silencio y la Esperanza tras una
Misa el 21 de marzo de 2009 (foto: Archivo EMG).
Por
otra parte, los tiempos desde el comienzo de su labor hasta su final,
habían cambiado. En efecto, al gusto de los nostálgicos y la
curiosidad o las búsquedas espirituales de los más jóvenes de
finales de los ‘80 y ‘90, casi desaparecidos los nostálgicos
veinte años después, los demás o bien mostraban una cierta apatía
o una toma de posición sobre el canto gregoriano, en ese parteaguas
que significó ya durante el pontificado de Benedicto XVI el
motu proprio Summorum pontificorum. (24) Así, se quiso
etiquetar a quienes propugnaban o directamente se mostraban
favorables al gregoriano como “tradicionalistas” o partidarios
del “rito tridentino” devenido por ese mismo documento “forma
extraordinaria” del rito romano, frente a los alineados en favor de
la “forma ordinaria”, del aggiornamento en
las cuestiones litúrgicas a
como dé lugar y perdiendo lo que haya que perder. A esa clase
de personas, el Novus Ordo de Pablo VI en latín -y
naturalmente con el gregoriano de siempre- más que extraño,
les resultaba una suerte de oxímoron. (25)

La
SCM en el estudio de Sala Dos grabaciones en pleno proyecto
(inacabado) del CD “Vísperas y Completas Conventuales” el 1 de
junio de 2002 (foto: Archivo EMG)
En
la Piedra Alta, Florida,el 3 de septiembre de 2000 (foto: Archivo
EMG).
En
ese contexto, la autogestión, independencia y espontaneidad que
estuvo en el origen de la SCM, también la estuvo en su final, habida
cuenta de su desaparición, casi sin dejar rastros.
Collage
de recortes de prensa anunciando o comentando la actividad de la
SCM (Archivo EMG)
Resulta
muy normal que un maestro recuerde a sus alumnos, reposada la mirada
en la lontananza. Era el caso de mi abuela y madrina, y también lo
es el de mi madre, ambas docentes durante toda su vida. En cuanto a
este servidor, ya he dejado en otras páginas consignado mi recuerdo
al vasto centenar de alumnos que pasaron por las aulas y el coro
litúrgico de la SCM. (26)
En
el claustro del convento franciscano, el 13 de diciembre de 1998
(foto: Archivo EMG).
Este
año pues, a treinta y cinco años de la fundación y diez de su
desaparición, mirar para atrás en toda esta historia se me ocurre
más que un ejercicio de evocación, un acto de justicia y
reconocimiento a los implicados en este ingente trabajo de cultivar y preservar esta espiritualidad lírica que es el canto gregoriano, en tanto "Biblia cantada", al decir de dom Cardine. Nunca está de más pues, repetir lo que uno
siente, sobre todo cuando con ellos, alumnos muy queridos, hemos
rezado cantando -”rezar dos
veces”- tanto, aquí y más allá, por toda
la República Oriental del Uruguay, usando las alas (neumáticas) de
este repertorio sin igual.
Enrique
Merello-Guilleminot
Mi
agradecimiento especial a Anamaría CLEDON, Juan MERELLO y a María
Aurora VOLPI

(1)
No debiera dejarse aquí de mencionar a la Schola Cantorum
Bogotensis: “La Sociedad CANTICUM NOVUM se conformó en 1984 en la
ciudad de Bogotá, Colombia por iniciativa del psicólogo y
catedrático dr. Ramiro ALVAREZ CUADROS y durante muchos años
contó con la dirección del maestro Luis TORRES ZULETA. La integran
profesionales de las más diversas disciplinas, a quienes ha unido la
admiración por el canto gregoriano y su deseo de estudiarlo
profundamente y de darlo a conocer. (…). El subtítulo Schola
Cantorum Bogotensis hace referencia a la ciudad de Bogotá, en
donde nació y actúa el coro.” [cf. La Sociedad Coral
Canticum Novum - Schola Cantorum
Bogotensis (n.d.). Recuperado el 7 de julio de 2023 de
https://www.angelfire.com/co/canticum/elgrupo.html]. Téngase
presente que el largo siglo que separa la fundación de ambas
instituciones de la restauración del canto gregoriano genuino por
Solesmes, se explica por el hecho que en los anteriores la enseñanza
de este repertorio bajo el nombre de “canto llano” era dispensada
como parte de la formación religiosa de los sacerdotes y religiosos,
en los propios seminarios de formación.
(2)
El cancionero religioso popular Cantemos hermanos, publicado
por La Gruta, Ediciones Dehonianas, Montevideo, fue un libro de
amplia difusión entonces. En 2004 contaba veintiocho ediciones.
(3)
El padre Eugenio GARATEGUY (1919-1990), tras estudiar en la Escuela
de Música Sacra de Ratisbona (Alemania) desarrolló sobre el final
de su vida una intensa labor de difusión del canto gregoriano,
mediante cursos auspiciados por el Ministerio de Educación y
Cultura, la edición de un opúsculo intitulado Nociones
elementales de canto gregoriano – Teoría y Práctica (Palacio
de la Música, Montevideo, 1983), y la dirección del Coro “San
Gregorio Magno” con sede en la Parroquia de los Santos Apóstoles
(padres palotinos) de Montevideo, el cual podría considerarse
antecesor de la SCM.
(4)
El padre Raú PATRI, SJ (1923-2000), quien se había especializado en
gregoriano en el Instituto Pontificio de Música Sacra (PIMS),
ejerció la docencia de esta asignatura en la Escuela Universitaria
de Música del Uruguay. Sobre el final de su vida dirigió un coro de
alumnos llamado “Pneuma” luego a cargo de su alumna, la Prof.
María Laura REY.
(5)
Profesora de francés, Isabel MORALES fue autora de Parlons
(1973, Montevideo, Ed. Monteverde), un libro de texto de uso muy
extendido en la enseñanza media del Uruguay por esos años.
(6)
El Caballero Gaston BARREIRO ZORRILLA (1918 -2009) fue un abogado,
empresario, y hombre de letras de vasta labor en la causa católica
uruguaya, recordado bienhechor de la SCM.
(7)
Hilda VARELA de NARANCIO (1931-2009), artista plástica formada en
Europa y luego con J. Gurvich y J. Alpuy del Taller Torres García,
fue la fundadora de la Asociación de Arte Cristiano en 1983.
(8)
Cf.
ARECHAGA, I. (1994, 2
de marzo),
Gregoriano en el “hit parade”.
Aceprensa. Recuperado
el 6 de julio de 2023 de
https://www.aceprensa.com/religion/gregoriano-en-el-hit-parade/
(9)
También, que su irradiación me permitió -por
la gracia de Dios- extender mi acción allende la SCM y las
comunidades religiosas locales que reclamaban mis servicios,
llevándome hasta Gabón, Paraguay, Argentina Francia, etc.
(10)
Cf. MERELLO-GUILLEMINOT, E. (2003), Introducción a la
teoría y ejecución del repertorio gregoriano. Montevideo,
Ediciones de la Plaza. Su versión francesa debida a Jean ARRIGHI
y publicada con la colaboración de dom Jacques-Marie GUILMARD, monje
de Solesmes (2007, París, Pierre Téqui) adquirió una gran
difusión.
(11)
El auto sacramental “Representación de la Pasión de Jesucristo”
de Lucas Fernández (1474-1542) con adaptación, puesta en escena y
dirección de Mario SEGOVIA representado en la iglesia de Santos José
y Maximiliano junto a la SCM el Viernes Santo de 2003.
(12)
La Gran Enciclopedia del Uruguay (2000-2002, Editorial Sol 90, Barcelona, El
Observador, t. IV, p. 1494) hace referencia a este proyecto.
(13)
“Un total del 37% de los uruguayos dicen no tener una religión en
particular o que son ateos o agnósticos” lo que transforma al
Uruguay en el país más secular de América Latina [Cf. Pew Research
Center, (2014, 13 de noviembre). Religión en América Latina:
Cambio generalizado en una región históricamente católica, p.
16].
(14)
Cf.
Redacción
(n.d.) (2023,
31 de mayo).
Recuperan
4.000 cantos gregorianos silenciados desde hace más de 1.000 años,
Diario
en Positivo +. Recuperado
el 12 de julio de 2023 de
https://www.diarioenpositivo.com/articulo/cultura/recuperan-4000-cantos-gregorianos-silenciados-hace-mas-1000-anos/20230531204310042211.html?fbclid=IwAR1gJ7e5xQwNZpQ9_Dj2nTjdJkG6ISLwaigJrzckET8IA8oJq725m1-lNsk
(15)
El sistema de signos rítmicos hoy desestimado en las últimas
ediciones de Solesmes, estuvieron a la orden del día desde la
aparición del célebre Liber usualis -vademecum del cantor
gregoriano desde principios del siglo pasado, con sus “episemas
verticales” señalando imaginarios “ictus” a
contramarcha de los acentos tónicos del texto latino,
y sus puntos de retardo que en verdad son de duplicación del
“tiempo”-, dando
lugar a una mensuración
encubierta que ha desfigurado el ritmo de estas melodías
durante décadas [Cf. GUILMARD, J.-M. (2022), Le rythme du chant
grégorien, Éditions de Solesmes].
(16)
La palabra procede del griego
ἱερογλυφικός
(hieroglyphicus), constituida
de
ἱερός (hieros,
sagrado) y
γλύφειν
(glyphein,
tallar, grabar). Y
precisamente,
quien comenzó el proceso de descifrado de los signos neumáticos a
finales del siglo XIX fue
dom Joseph POTHIER,
monje de Solesmes a quien
se le llamó el “Champolion de los neumas”.
(17)
Cf.
MERELLO-GUILLEMINOT, E. (2019), Pédagogie
grégorienne à la lumière de la semiólogie cardinienne
Recuperado
el 17 de julio de 2023 de
https://merello-guilleminot.blogspot.com/2019/05/pedagogie-gregorienne-la-lumiere-de-la.html
(18)
Habida
cuenta de Quien es el destinatario, más allá de que los sacramentos
son impartidos ex
opere operato,
es evidente la impertinencia de la improvisación en medio de la
Sagrada Liturgia.
(19)
En
base al postulado que “los
que oyen (…), aunque no entiendan lo que se dice en el canto (como
sucede a los fieles que ignoran el latín) saben, sin embargo, con
qué fin se canta, esto es, para alabar a Dios; lo cual (unido a la
naturaleza de las sagradas melodías) basta para moverlos a devoción”
en
palabras de santo Tomás de Aquino [citado
por U.C.
(1912).
La
música Sagrada Según Santo Tomás de Aquino, pp. 425-439, Ciencia
Tomista,
4 , p.
5
)].
(20)
Cf.
ARAGONE,
J. F. (1940, 12
de agosto),
Carta
Pastoral Sobre
música sagrada. A algunos meses de su renuncia acaecida en
noviembre de ese mismo año, el
documento ya testimonia los excesos que se constataban sobre este importante aspecto en su sede episcopal (más
información sobre el canto gregoriano en el Uruguay: cf.
https://merello-guilleminot.blogspot.com/2012/06/panorama-del-canto-gregoriano-en-el.html
)
(21)
Tengo
en
el registro de mi memoria inclusive a
ateos
o agnósticos que
se
mostraban interesados en el entonces por este
repertorio melódico.
(22)
Fue
memorable el taller
ofrecido
a
los miembros de la Schola por
la gran
cantante
y maestra
uruguaya
Alba
TONELLI (1931-2022)
el
28 de agosto de 2002.
(23)
Cf.
Sal
132,1
(24)
Cf.
BENEDICTO XVI
(2007, 7
de julio),
motu
proprio
Summorum
pontificorum.
Conviene
anotar que en la exhortación
apostólica post-sinodal Sacramentum
caritatis
del
22
de febrero del
mismo año,
el Santo Padre tras referirse a la introducción de géneros
inapropiados al culto y a la improvisación musical manifiestaba:
“deseo que, como los padres sinodales lo han demandado, el canto
gregoriano en tanto que propio de la liturgia romana, sea valorizado
de manera apropiada”.
(25)
La situación, hoy julio de 2023, abolido
Summorum
pontificorum
por el motu proprio Traditionis
custodes promulgado
por Francisco el 16 de julio de 2021,
lejos
de tener una apariencia de solución, se encuentra aun más
polarizada.
(26)
Cf.
MERELLO-GUILLEMINOT,
E. (2022), Por
los caminos de Dios – Crónicas de un peregrino latinoamericano,
España, Book on Demande, pp. 167-168.