viernes, 17 de febrero de 2012

El Cantatorium de St. Gall, un documento sin igual

Monumento musical por su antigüedad, información y belleza, el Cantatorium ha jugado un rol determinante en la restitución melódico-rítmica de los cantos de la misa. 

La segunda mitad del siglo XIX fue para el proceso de recuperación del canto gregoriano, un período prolífico. Los prejuicios musicales y eclesiásticos de la época, o la escasez de recursos (documentales  o incluso tecnológicos) no constituyeron para el caso, un obstáculo infranqueable. Junto a dom Guéranger, restaurador y I Abad del cenobio solesmense, quien asimismo tomó parte privilegiada en la recuperación litúrgica y gregoriana - recuperar la liturgia romana, que es receptáculo del gregoriano, era una  de las claves del problema-, distintos estudiosos se consagraron a la investigación del llamado canto llano, publicando sobre el mismo toda clase de trabajos, métodos, artículos. Así Bonhomme, Gontier, Coussemaker, Nisard, Fétis, Gevaert, Danjou....o Louis Lambilotte (1796-1855). Fue este sacerdote jesuita quien re-descubrió en 1848, un documento gregoriano tan precioso para conocer el repertorio gregoriano en toda su dimensión, como el Cantatorium de St. Gall. Y además fue él quien tres años después, publicó su reproducción litográfica, lo que se constituyó en el primer impreso facsimilar de un documento gregoriano, todo un acontecimiento para el mundo musical del entonces.(1)

La importancia de este manuscrito es irrebatible: ni el Graduale Neumé de dom Cardine el Graduale Triplex, o el reciente Graduale  Novum se podrían concebir sin el mismo. O las tablas neumáticas para el estudio semiológico, y concomitantemente la dilucidación rítimico-expresiva de la melopea gregoriana. No solo por su valor de documento, sino también por la perfección, belleza y delicada elegancia de su caligrafía, el Cantatorium ocupa entre  los códices de la familia sangallense, (2) un lugar preponderante.


Graduale Haec Dies del domingo de Pascua (folio 107)

UNA SOMERA DESCRIPCIÓN

Conservado en la Biblioteca de la Abadía de San Gall (Suiza), el Cantatorium o códice Sankt Gallen Stiftsbibl. 359 es un documento de dimensiones singulares (28 x 12,5 cms.), cubierto de dos planchas revestidas en marfil esculpido. Consta de 166 páginas divididas en tres partes claramente diferenciadas: la primera (23 primeras páginas) y la última (4 finales) corresponden a adiciones muy posteriores a la época de redacción del manuscrito, en tanto que la parte central es considerada el libro original.

De los documentos clásicos gregorianos, es éste uno de los más antiguos que se conserva: se le ubica entre el 922 y 925. Pero esta inferencia es reciente, habida cuenta que el P. Lambilotte lo presentó como el mismísimo -y legendario- “antifonario de S. Gregorio”, que en el 790 el papa Adriano I habría enviado a Carlomagno.

La importancia del hallazgo llevó a confundir asimismo el contenido del libro. En efecto, este Pseudo-Antifonario de San Gregorio no solo no es el tan buscado manuscrito princeps, origen de todos los otros, sino que tampoco se trata de un antifonario. El registro musical que consta aquí es únicamente el canto del solista, es decir, los responsorios-graduales, aleluyas y tractos, correspondientes a todo el año litúrgico católico, desde el Adviento y Navidad, hasta el final del Tiempo Ordinario, más el Santoral, mencionándose las restantes piezas del proprium missae solo con sus primeras palabras.

 Hoy, el acceso al Cantatorium de St. Gall es fácil (3) y la calidad de reproducción de las copias impresas es perfecta para el trabajo científico sobre el mismo. Y cuando ello tenga lugar, el ojo, la mente y el corazón del estudioso sin duda irán más allá de la acabada precisión de su escritura neumática, reconociendo el nivel artístico de sus lejanos  ejecutantes.

                                                                           Enrique MERELLO-GUILLEMINOT


(1) No ha de omitirse aquí otro hallazgo de enorme relevancia gregorianística acaecido en esa época, como fue el del códice dígrafo de Montepellier H159 (s. XI) por Jean-Louis Danjou. Con su doble escritura francesa y alfabética, este documento permitió echar luz sobre la comprensión neumática de los manuscritos adiastemáticos.
(2) De las seis principales familias de notación gregoriana: sangallense, laonense (dicha mesina), bretona, aquitana y española del norte, beneventana, y francesa central, la sangallense es una de las más importantes. Sus scriptoria se extendían por el territorio de la actual Suiza y Alemania.
(3) Cf. Paléographie Musicale, II/2 (Solesmes), Monumenta Paleographica Gregoriana, 3 (Münsterschwarzach) o consulta en línea: http://www.e-codices.unifr.ch/fr/search/all