(C) Enrique Merello-Guilleminot
1er Premio en Poesía en el Certamen literario organizado por la Asociación Calabresa Mutual y Cultural de Buenos Aires (Argentina), noviembre de 2023
Imagen: Internet
(C) Enrique Merello-Guilleminot
1er Premio en Poesía en el Certamen literario organizado por la Asociación Calabresa Mutual y Cultural de Buenos Aires (Argentina), noviembre de 2023
Imagen: Internet
Como los demás, estaba a la espera de instrucciones. Sería ya media mañana de ese 24 de mayo de 1866. Allá a lo lejos, entre los palmares vio un tumultuoso movimiento, pero a ojo desnudo, loma de por medio, nada más que eso podía distinguir. El sudor y su chaqueta roja ya eran una sola cosa.
Recuerda cuando recibió la convocatoria de parte del Mariscal. “Precisamos de todos”, dijo. “La Patria está en peligro”. Entonces, se despidió de su mujer con un beso en la frente y después de sus tres hijas de tres, seis y cinco años. El abrazo fue apretado, interminable. “Tanderovasá” se escuchó decir, antes de abandonar el rancho asunceño. El día no había aún clareado cuando con su vetusto fusil de chispa y su machete a la cintura se hizo a la marcha, con la certeza de hacer lo que correspondía hacer. Nada más, ni tampoco nada menos.
No era la primera vez que la Patria se encontraba bajo la misma amenaza. Taita guasú, el padre de su padre se había batido a la orden de Andresito. Y tras la selva, en los tiempos de los pa’is, cuando los bandeirantes incursionaban una y otra vez en la región, sus antepasados estuvieron en servicio, con las lanzas afiladas, dispuestos a darlo todo por defender lo propio, que es precisamente lo que hace de algunas guerras, según escuchó de sus superiores, “no sin pena, guerras legítimas”, por cuanto “la guerra nunca es cosa buena”. Así que esta circunstancia en la que se encontraba no era historia nueva, antes bien, apenas la rememoración de otra tan antigua como luctuosa.
Ahí estaba, apostado en uno de los dos batallones puestos bajo la orden del General Resquín, mientras dejaba pasar el imperioso tiempo espantando moscas y mangangaes. La noche había sido quieta y felizmente fresca, pero presintió en ese frescor el frío de la muerte, o peor aún, el presagio de una jornada nefasta para todos. Más allá de las tiendas de los oficiales alcanzó a adivinar la figura de Madame Lynch aquí y allá, departiendo con unos y con otros. “Tiene el magnetismo de su marido”, pensó. Algunos diálogos horadaban el silencio como ansiosa bayoneta.
Los primeros intercambios de fuego tuvieron lugar sobre el mediodía. El sol ya estaba fuerte. La misión dispuesta era cruzar el estero Bellaco norte primero por el paso Yatayty Corá. La tierra de nadie, esos dilatados potreros apenas interrumpidos por pequeños bosques de arbustos achaparrados y palmares, seguramente habría que atravesarla bajo el fuego enemigo, pensó. Se dio la orden de avanzar. El soldado apagó su cigarro, sorbió tres veces el mate ya lavado y frío, y al son del clarín inició la marcha.
Recordó a su kuña, a sus hijas pequeñas, en tanto se adentraba con dificultad en medio del estero antes de cruzar el paso Lequizamón. Más allá, ocho regimientos de caballería se hacían camino rumbo a las posiciones enemigas, cuya artillería ya había comenzado a arremeter, con su sesgada lluvia de muerte. Entendió entonces que empezaba su combate, y que la suerte estaba echada.
Ore Ru, yvágape reiméva,
toñembojeroviákena nde réra,
ta ore añuãmba ne mborayhu…
Y efectivamente tuvo suerte. Imbuido en la plegaria, como queriendo exorcizar el estruendo del fuego y del cañón, con el corazón caliente encontró su destino cuando dos disparos le atravesaron el pecho. “Muero por la Patria”, alcanzó a decir entre borbotones de sangre, antes de fijar la mirada al Cielo.
Postrado desde entonces tras infinidad de sufrimientos, este añoso escribiente es quien deja por escrito estos sucedidos, una vez más padeciendo mientras escribe y con obstinada claridad, el horror de esas casi cinco horas dantescas de la primera de Tuyutí.
Agradezco a Tupã Ñandejára la fortuna de poder
registrar para la posteridad las últimas horas de ese soldado, de
ese héroe, un mártir como los que se cuentan miles, un mártir de
quien nunca supe su nombre.
(C) Tomado de Merello-Guilleminot, E. (2021) - Dialogos - Poesías y relatos varios, España, BoD.
Imagen: "Batalla de Tuyutí" (detalle), pintura de Cándido López (1840-1902).
Entrevista: S.C.
Enrique Merello-Guilleminot acaba de re-editar Por los caminos de Dios – Crónicas de un peregrino latinoamericano (BoD, España, febrero de 2023), una obra original, de múltiples riquezas que se ofrece en papel y en formato e-book en librerías y plataformas de todo el mundo. La ocasión fue propicia para conversar con el autor sobre la misma, a fin de adentrarnos en sus aspectos más sobresalientes.
-Podría Ud. explicar en qué consiste Por los caminos de Dios?
-El libro se me ocurre una metáfora del viaje al que todos estamos llamados a hacer, porque responde fácticamente a la búsqueda más importante que puede hacer el ser humano, que es la búsqueda de Dios, el Creador de todas las cosas, omnipresente y omnisciente.
-¿Por qué un gregorianista escribiría un libro de estas características?
-Precisamente, el hilo conductor es el canto gregoriano, un patrimonio de la humanidad que expresa como ningún otro repertorio melódico la belleza de la alabanza divina. Más allá de eso, escribo desde mi infancia y lo seguiré haciendo, porque escribir o incluso dibujar no colisiona con mi profesión musical.
-¿Qué razones encuentra para presentar un libro de crónicas de viaje en el siglo XXI?
-Bueno, el género de relatos de viaje, esto es la literatura de viajes, reales o imaginarios, es tan antiguo como el hombre, yo diría; en la Edad Media era la “banda ancha” para conocer el resto del mundo...o para soñar. Hoy tenemos internet y es fácil viajar en presencia a conocer otros lugares, o cómodamente sentados a partir de los testimonios de quienes los describen en imágenes. Personalmente, el encanto de “leer” diferentes escenarios geográficos a partir de una descripción literaria me sigue resultando muy especial. La lectura hace de esto una experiencia personal.
-¿Qué diferencias existe entre esta edición española de la obra con la primera edición aparecida en Montevideo en 2010?
-Unas
cuantas. Los que escribimos siempre re-escribimos. Hay correcciones y
actualizaciones de ciertos datos, siempre con la idea de afilar el
lápiz, de una mayor precisión en el desarrollo narrativo. Lo que está consignado en un aparato crítico bastante importante, sin mencionar un apartado descriptivo de los monasterios benedictinos que visito o menciono.
Cubierta de la 1era. edición de la obra, publicada en Montevideo en 2010.
-¿Cuándo tuvo lugar la peregrinación que da lugar al libro?
-El viaje, que fue una peregrinación a Roma atravesando cuatro países, tuvo lugar antes del cambio de siglo, concretamente en 1996; es decir prácticamente antes del boom de internet. Sin embargo, por lo que le decía antes, es evidente que su contenido lo hace atemporal.
-Una de las novedades del libro es su formato.
-Es verdad. El formato, que me parece bastante original, es un largo diálogo en el cual más que describir los diversos lugares por donde transcurre el viaje y el relato -monasterios, iglesias, monumentos, etcétera-, profundiza en los sentimientos que estos desprenden en el personaje, que en este caso soy yo mismo, en relación a mi interlocutor. Dialogar es intercambiar, y así se hace una forma de encontrar respuestas o certidumbres, de enriquecerse. Que es lo que quiero precisamente compartir con el lector.
Books on Demand, febrero de 2023
242 páginas - 2 x 1.7 x 19 cm
ISBN: 978-8413734057 (papel)
ISBN: 8413734053(e-book)